sábado, 31 de marzo de 2012

Traces of Ink - Prólogo: Conversaciones familiares.

De: shepardlinda88@gmail.com
A: vgrinder012@gmail.com
Asunto: ¡Ya estoy en casa!
Queridísima mamá:
Te escribo esta mail para decirte que he llegado sana y salva a mi nuevo hogar. ¡Por fin, Barcelona, donde siempre quise estar! Tendrías que ver el apartamento que me ha conseguido Eduardo, es una cucada, muy grande y espacioso, con un aire muy rústico… ¡Si es que me encanta! Además, como es un ático tengo acceso a la terraza, que da hacia la costa. Porque sí, aquí hace sol… ¡Esta ciudad es increíble! Espero que algún día podáis venir. Acabo de instalar mis cosas en el estudio, así que me pondré cuanto antes pueda manos a la obra con mi próxima novela. Había pensado en una de intriga… ¿Qué te parece a ti? Bueno, tengo que irme despidiendo, porque Eduardo ha dicho que me llevará a la playa de la Barceloneta, nos daremos un chapuzón y tomaremos un helado. ¡Espero que os vaya bien a papá y a ti!
Muchos besos, Linda.


De: vgrinder012@gmail.com
A: shepardlinda88@gmail.com
Asunto: Re: ¡Ya estoy en casa!
¡Hola, Linda!
Hemos estado media hora para intentar encender el ordenador, pero por fin hemos conseguido leer tu correo. Me alegra que estés bien y que te guste el pisito, ya sabes que Eduardo tiene un gran talento con la decoración. Nosotros estamos bien, dentro de lo que cabe, aunque tu padre y sus asmas están empeorando, tendremos que llamar al médico pronto… pero por el resto, genial. Me parece genial que por fin mi preciosa esté en Barcelona… yo ya casi no la recuerdo, han pasado veinte años, aunque sí que me parece que me acuerdo de la playa de la Barceloneta. ¿No era esa que estaba cerca de una iglesia (Catedral del Océano o algo así…)? Y sobre lo de tu novela: ¡No la hagas demasiado terrorífica, ya sabes que no soporto pasar miedo! Bueno, te voy dejando, chiqui, espero que lo pases bien en la playa con Eduardo. ¿Es un chico muy majo, no? ¡A ver si le pides salir, que no se pueda estar soltera toda la vida!
Mamá.


De: shepardlinda88@gmail.com
A: vgrinder012@gmail.com
Asunto: Re: Re: ¡Ya estoy en casa!
¡Mamá! Ya me tenías que sacar el tema, prefiero estar soltera y esperar a una buena oportunidad que irme con el primero que ver, además, creo que Eduardo es… un poco gay. Bueno, acabamos de llegar de la playa, ha sido genial, hace un tiempo espléndido, aunque ya comienza a anochecer, así que he decidido venir a casa y poner algo de música (he vuelto a escuchar eMOTIVe de A Perfect Circle, que hacía ya mucho que no escuchaba) para ver si me inspiro… la verdad es que estoy pensando en ambientarla en Barcelona, esta es una ciudad muy bella, pero también muy enigmática.
Bueno, ahora voy a cenar algo fuera y luego me voy a acostar (si lo sé, aún es pronto, pero la mudanza me ha dejado agotada) así que me despido. Dile a papá que se recupere y bueno… ¡muchos besos!
Linda.

De: vgrinder012@gmail.com
A: shepardlinda88@gmail.com
Asunto: Re: Re: Re: ¡Ya estoy en casa!
¡Pero hija, esos mágicos momentos con un príncipe azul no son más que invenciones de los cuentos! Créeme que es mejor sentar la cabeza pronto que ir dando tumbos. Y por cierto, la playa… ¡La echamos de menos! ¡Ya me estás comenzando a dar envidia! Y bueno, chica, que descanses y que te aproveche la cena. Nos vemos pronto.
PD: ¿Y tu llamas a eso música? Yo ahí solo oigo ruido… ¡Así vas a acabar loca!
Mamá.


Así que este es el comienzo… Me gustaría saber si a la gente gusta, pero más la temática y el argumento, porque dudo que la narrativa la haga así.




viernes, 30 de marzo de 2012

Vosotros. Sí, vosotros...

No hay palabras para describir el apego que siento por vosotros. Sois lo único que me queda en la vida y si os perdiese, no sé qué podría hacer. Me servís de apoyo cuando voy a caerme, me recordáis quien soy cuando parezco olvidarlo y, por encima de todo, me sacáis sonrisas y lágrimas. Me hacéis sentir como el Ave Fénix, resurgiendo entre las cenizas.
No tengo un buen día, apenas puedo soportar el vacío que siento dentro de mí, como me duele cada vez que pienso en ello. Sabéis a que me refiero. Lo habéis sufrido.
Aún recuerdo las risas que me eché ayer con vosotros. Hacía mucho tiempo que no sonreía. Y con unas simples palabras, me hicisteis estallar en carcajadas. ¿Por qué?
Sois vosotros, tan únicos y especiales. Sois vosotros, maravillosas, excelentes personas.
Recuerdo lo mucho que criticasteis a la gente superficial. En el fondo, el alma es lo único que cuenta. La carne se pudre, envejece y acaba en una fosa común, devorada por gusanos. Pero el alma sigue viviendo en el corazón de la gente, como un recuerdo grato e inolvidable, o como una maldición.
Tengo mis demonios interiores y vosotros, no sé cómo, conseguís exorcizarlos. Por eso no bromeo cuando digo que os quiero adoptar.
Así que, en conclusión y volviendo al principio, en un ciclo sin fin, he de decir que no hay palabras que se puedan escribir para deciros lo que siento… supongo que os admiro.
Admiro vuestra capacidad de amar, vuestra capacidad de odiar, vuestras lujuriosas mentes y vuestros corazones, relucientes de sinceridad y buenas intenciones. Vuestras palabras, que valen oro. Admiro es magia que tenéis, que me hace sonreír. De repente, pienso en vosotros y mi mal día, se convierte en un gran día. Uno más, si, pero un gran día. Fran, Ainoa… Ainoa, Fran… No sé qué orden utilizar, para mí los dos sois igual de importantes, así que, dejémoslo en “vosotros”. Os quiero.

martes, 20 de marzo de 2012

Ojos felinos - Prólogo


Era por la noche y llovía a cántaros, como si todo el mundo llorase junto a ella. Le rodeaba una oscuridad absoluta, por lo que no era consciente de donde estaba exactamente en aquél momento.
Con la cabeza apoyada en el salpicadero y el rostro ocultado entre su larga y espesa melena, lágrimas de dolor se deslizaban desde sus húmedos y enrojecidos ojos, suavemente por sus pálidas mejillas, que asemejaban de porcelana por lo delicadas que se antojaban.
Mucho dudaba ella de cómo transcurrirían los siguientes días. Se llamaba Noa y tenía dieciocho años recién cumplidos, vivía con su tío desde que sus padres hubieran perecido en un trágico accidente automovilístico.
Eran ya las ocho de la tarde cuando decidió encender su móvil y vio doce llamadas perdidas y un escueto SMS de su tío: “Lo siento”. Por un momento le pareció que los recuerdos de aquella fatídica mañana se proyectaban como reverberaciones en la duna del coche, mojada por cientos, puede que miles, de gotas diminutas. Se dio por vencida, metió la llave en la cerradura y encendió el coche. De repente, los faros iluminaron todo y pudo ver con claridad la carretera, tan húmeda que parecía casi intransitable. Por un momento dudó de si sería seguro, pero hacía frío y su estómago comenzaba a rugir (no había comido nada en todo el día) así que se lanzó de cabeza y tomo la decisión de regresar a su hogar. Iba rápido por la carretera, secándose las lágrimas con las mangas de su camisa. Encendió la radio para hacer más ameno el viaje pero se sorprendió al ver que había dejado de funcionar. Parecía que siempre que quería algo, eso estaría estropeado. Al levantar la vista y dirigirla a la carretera, profirió un grito y dio un giro radical, derrapando por el suelo y provocando una terrible fricción entre las ruedas y el pavimento mojado. Por poco se sale de la carretera. Cuando volvió en sí, se llevó las manos a la cabeza y se preguntó si realmente había visto una silueta en medio de la carretera, a unos pocos metros del coche. Si era así, la había atropellado y estaría muerta. Abrió la puerta cautelosamente y observó, sorprendida, que el coche apenas tenía desperfectos, aparte de alguna que otra ralla y abolladura en los laterales del coche. Cuando miró allá donde debería haber un cadáver no vio nada… aparte de un gato. Un gato de pelambrera gris y ojos azules, que maullaba mientras se rascaba la cabeza. Se cruzaron las dos miradas: Por un lado la escrutadora mirada de Noa y por otra parte, la fría y penetrante de los ojos felinos. Entonces el gato comenzó a caminar hacia ella y, ronroneando, al llegar, se tumbó a sus pies. Entonces, ella se agachó y lo acarició suavemente, notando lo suave y frío que estaba. El pobre debía de llevar bajo la lluvia días enteros. Así que la chica le cogió y metió dentro del coche, para luego arrancar y proseguir su viaje. Y así, dentro del coche, en aquella lluviosa y desconcertante tarde de otoño, Noa y el gato volvieron a cruzar sus miradas. Entonces, ella le dijo, con voz conciliadora:
-Te llamaré Lancelot, porque eres tan valiente y astuto como el caballero de la mesa redonda.-

miércoles, 14 de marzo de 2012

Aldea.

El señor Harmond daba un paseo en su yegua recién-comprada por los alrededores de la pequeña aldea de Oddish cuando se topó con ese extraño muchacho. Harmond no tenía prisa y caminaba por el bosque sin miedo, ya que de tanto ir a buscar setas se lo conocía de memoria. La suave brisa otoñal acariciaba ligeramente su cara, de facciones duras y cabellera blanca por su avanzada edad. Paseaba cerca de un pequeño claro a apenas medio kilómetro de la aldea, un lugar idóneo donde recoger champiñones debido a la humedad de la zona, cuando le vio.
El muchacho no debía tener más de catorce o quince años y estaba como llegó al mundo: desnudo completamente. Estaba estirado en el suelo, con rostro inexpresivo y los ojos cerrados. Parecía incluso muerto y así tuvo que ir a comprobarlo el anciano. Se acercó lentamente, no porque temiera quien pudiera ser, sino porque su enfermedad (una leve parálisis cerebral) le impedía correr mucho. Sin embargo, el crujir de las hojas secas bajo sus pies, despertó al chico que, con rostro asustado, se giró y súbitamente, comenzó a hablar:
-¡Al agua no, por favor!- gritó al señor Harmond.
-¿Te encuentras bien, mozo?- le preguntó éste entonces, totalmente desconcertado.
-¿Dónde estoy? ¿Y quién es usted?- súbitamente, la brisa se volvió un violento vendaval.
-Tranquilízate y dime cómo te llamas.- con rostro conciliador.
-Es que…- murmuró el chico, asustado.
-¿Qué pasa?-
-Es que no lo sé.- respondió entonces el joven, antes de caer otra vez inconsciente.

lunes, 12 de marzo de 2012

Noche eterna

"El sol se escondía tras los edificios más lejanos y amenazaba con no volver. Pronto, su mundo quedaría sepultado por la oscuridad más absoluta y su verdadero yo aparecería. Y no es que fuera un vampiro o un hombre lobo, lejos de las absurdas falacias mitológicas, él era una criatura nocturna. Le gustaba trabajar de noche porque nadie le reconocía y podía pasar inadvertido. A los ojos de la gente era un simple peatón, uno más en el despiadado tablero que es la ciudad-dormitorio de Santa Coloma de Gramenet. Así que se puso el abrigo y caminó durante toda la noche por las solitarias y sucias calles de la ciudad, sin rumbo, divagando y sin ningún propósito. Caminaba por caminar, con las manos en los bolsillos y los auriculares puestos. Un paseo por esa ciudad se antojaba aburrido, pero con música todo cambiaba. 
"The White Stripes" iluminaban su camino a ritmo de punk blues. Y así estuvo hasta que el sol se asomó por entre los edificios y el comenzó a acelerar el paso, para llegar a casa sano y salvo. Estaba vivo."

Ya está, ya lo he hecho. Una simple entrada en un blog común para muchos, un paso decisivo para mí. Agradecer y dedicar esta primera entrada a Fran y a Noa, que me animaron a seguir escribiendo y porque son unas de las personas mas maravillosas que he conocido durante toda mi vida. Gracias.