miércoles, 14 de marzo de 2012

Aldea.

El señor Harmond daba un paseo en su yegua recién-comprada por los alrededores de la pequeña aldea de Oddish cuando se topó con ese extraño muchacho. Harmond no tenía prisa y caminaba por el bosque sin miedo, ya que de tanto ir a buscar setas se lo conocía de memoria. La suave brisa otoñal acariciaba ligeramente su cara, de facciones duras y cabellera blanca por su avanzada edad. Paseaba cerca de un pequeño claro a apenas medio kilómetro de la aldea, un lugar idóneo donde recoger champiñones debido a la humedad de la zona, cuando le vio.
El muchacho no debía tener más de catorce o quince años y estaba como llegó al mundo: desnudo completamente. Estaba estirado en el suelo, con rostro inexpresivo y los ojos cerrados. Parecía incluso muerto y así tuvo que ir a comprobarlo el anciano. Se acercó lentamente, no porque temiera quien pudiera ser, sino porque su enfermedad (una leve parálisis cerebral) le impedía correr mucho. Sin embargo, el crujir de las hojas secas bajo sus pies, despertó al chico que, con rostro asustado, se giró y súbitamente, comenzó a hablar:
-¡Al agua no, por favor!- gritó al señor Harmond.
-¿Te encuentras bien, mozo?- le preguntó éste entonces, totalmente desconcertado.
-¿Dónde estoy? ¿Y quién es usted?- súbitamente, la brisa se volvió un violento vendaval.
-Tranquilízate y dime cómo te llamas.- con rostro conciliador.
-Es que…- murmuró el chico, asustado.
-¿Qué pasa?-
-Es que no lo sé.- respondió entonces el joven, antes de caer otra vez inconsciente.

3 comentarios:

  1. Oh Dios mío qué historia más interesante. Un tío en bolas que no se acuerda de nada, ¿se puede saber qué le habrá pasado para llegar a ese panorama?.
    Me gusta, eh, me gusta y bastante. Una vez más me he metido en la historia fácilmente y... tengo curiosidad de cómo puede seguir.

    Unsasogande.

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    1. La verdad es que me ha gustado como he llegado a comenzar la historia, ha sido toda una inspiración. Ya veré si publico más partes aquí o la voy siguiendo independientemente. En cualquier caso, estate alerta.

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  2. Yo lo estoy, tengo mis ''RKO bien abiertas'' ;) Nada que ver con los curiosos casos de trompas con patas y orejas gigantes, ¿no?

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